Uno de los mayores ejemplos que quedan en Irlanda de una turbera alta “continental”. El sitio comprende mogotes, hondonadas, charcas y praderas de esfagno. La turbera es única por su grado de desarrollo y la variedad de “sistemas de remojo”, es decir, pozas con un gran contenido de minerales y pequeños lagos que se alimentan de aguas subterráneas y de precipitaciones, y que mantienen una vida vegetal alcalina. El Sitio también alberga especies de bosques de turberas, así como mariposas, escarabajos y musgos raros. Es un lugar de cría del esmerejón (Falco columbarius) y hábitat de la nutria europea (Lutra lutra), ambas especies protegidas por la Directiva Hábitats de la UE. La turbera de Clara ha sido objeto de detallados estudios hidrológicos y ecológicos y es una de las turberas mejor estudiadas de Europa. Forma parte del proyecto de restauración de turberas altas de la UE denominado “The Living Bog”. Hay un centro de visitantes con un paseo marítimo y servicios educativos. En las zonas circundantes hay otras numerosas turberas altas, aunque la mayoría de ellas han sido objeto de cortes extensos de turba y drenaje, por lo que ya no se consideran activas.