Este sitio está situado en una bahía somera influenciada por las mareas que se comunica con el mar por una apertura estrecha. Es el mayor ejemplo de manglar seminatural de las Bermudas y se encuentra en el límite septentrional de este tipo de hábitat en el Atlántico. Contiene la secuencia continua más larga de capas de turba en manglares del Atlántico y ha proporcionado las primeras pruebas documentadas de la retirada de los bosques causada por el aumento del nivel del mar en nuestra época. El sitio alberga un conjunto diverso de especies de mangle y otras especies asociadas. Entre estas figuran el mangle rojo (Rhizophora mangle) y el mangle negro (Avicennia germinans), así como las mayores poblaciones de las Bermudas de cangrejo azul (Cardisoma guanhumi) y cangrejo ermitaño caribeño (Coenobita clypeatus), clasificadas como vulnerables en la lista de especies protegidas de las Bermudas de 2012. Es un valioso lugar de invernada para varias especies de aves migratorias, un lugar de reproducción para garzas residentes y la especie de ave paseriforme Vireo griseus bermudianus, y un lugar de desove para varias especies de peces de importancia comercial. La erosión es una amenaza notable y es exacerbada por el incremento de la frecuencia y la intensidad de los ciclones tropicales. Además, el océano deposita en el sitio grandes cantidades de residuos flotantes. El sitio sirve de recurso educativo y es objeto de un estudio de seguimiento de los manglares a largo plazo. El acceso público está limitado ya que solo existen dos accesos, que quedan lejos del manglar. Se realiza un uso recreativo limitado de los canales del manglar para hacer esnórquel, kayak y padelsurf.