Este parque natural es un humedal boscoso intermareal representativo y destacado que está considerado como la mayor zona de manglares de África occidental. El parque rodea al río Cacheu, cuyo flujo está influenciado por las mareas y que da su nombre al parque, y es un refugio para más de 248 especies de aves tales como la grulla coronada cuellinegra (Balearica pavonina), el flamenco común (Phoenicopterus roseus), el flamenco enano o chico (Phoeniconaias minor), el pelícano rosado (Pelecanus rufescens), el charrán real (Sterna maxima) y el pigargo vocinglero (Haliaeetus vocifer). Además de su rica y variada avifauna, el parque tiene un paisaje singular, caracterizado por un mosaico de bosques, palmerales y sabana, que proporcionan alimento y sirven de refugio a muchas especies protegidas o raras tales como el hipopótamo (Hippopotamus amphibius), el manatí de África Occidental (Trichechus senegalensis), el delfín mular (Tursiops truncatus), el delfín jorobado del Atlántico (Sousa teuszii), la nutria africana (Aonyx capensis), el cocodrilo del Nilo (Crocodylus niloticus) y el cocodrilo chico africano (Osteolaemus tetraspis). En el parque se ha documentado la presencia de seis de las 50 especies de manglares del mundo, a saber, las especies Avicennia germinans, Rhizophora racemosa, Rhizophora mangle, Rhizophora harrisonii, Laguncularia racemosa y Conocarpus erectus. Su densidad proporciona un hábitat de desove y crecimiento ideal para una población considerable de peces, crustáceos y moluscos. Además de su belleza natural y rica biodiversidad, el parque tiene un importante valor cultural para los numerosos grupos étnicos que habitan dentro de sus límites, que practican la agricultura y la pesca artesanales desde hace varias generaciones.